SAN PEDRO SULA.
Octubre llega en cuatro días y con este mes también comienza el mes rosa dedicado a la lucha, prevención y educación sobre el cáncer de mama en Honduras y el mundo.
Silvia Rodríguez, cantante, pero ante todo hija, mujer y madre, sabe lo que significa un diagnóstico positivo de este terrible mal.
El mes de febrero 2017 había comenzado con velocidad y en víspera del Día del Amor, los primeras señales aparecieron en su seno derecho provocándole desesperación porque eso no era normal en su cuerpo.
Era el viernes 10 y como artista debía trabajar en presentaciones musicales junto a la banda La Versátil, ya que en la ciudad ya se respiraba ambiente de amistad, amor y regalos.
Con confianza contó a sus más allegados sobre el malestar que sentía sin pensar que tres días después estaría en el laboratorio Diagnos sometiéndose a exámenes clínicos para determinar qué querían decir esos síntomas.
El temor se apoderó de ella, pero también apareció la fortaleza y la rapidez para buscar tratamiento oncológico, ya que según los estudios y la biopsia, Silvia tenía cáncer de seno.
Silvia ha mostrado su fortaleza en la batalla.
La Liga contra el Cáncer y su comité femenino fueron pilares para comenzar la batalla, una batalla que le ha sacado lágrimas, dolores, depresión, tristeza y desesperación, pero que también la ha acercado a sus hijos, a su familia y cuya prueba le ha demostrado el poder de Dios a través de la amistad sincera de quienes le han tendido la mano sin restricción alguna.
Los especialistas decidieron que era urgente comenzar con quimioterapias.
Ocho en total.
La primera tuvo efectos terribles en su ser, pero podían más las ganas de vencer el mal.
De eso ya siete meses.
Silvia se tuvo que retirar de los escenarios y refugiarse en su hogar para sobreponerse a cuanto dolencia le traería el tratamiento.
En poco tiempo comenzó lo inevitable.
La caída del cabello.
Otro trauma más, pero lo enfrentó con entereza.
Tomó la decisión de raparse y el estilista Anthony D’Palma le cumplió su deseo y lo hizo junto a sus familia, comprobando así que la lucha era de todos y no solo de ella.
Sus fans fueron comunicados a través de redes sociales de su ausencia de los escenarios y muchos le desearon lo mejor y comenzaron las oraciones por su recuperación.
Silvia poco a poco se enfrentó a dolencias severas, pero nunca ha claudicado, porque hay dos hijos que quiere ver crecer: Eduardo y Christian.
También tiene proyectos de vida y profesionales, principalmente en la música, su pasión de siempre.
Junto a sus hijos Christian y Eduardo, pilares de su recuperación.
Las grandes pruebas.
Ya como paciente, Silvia se despojó de los prejuicios de ser vista como una mujer sin cabello o lo que muchos le llaman peyorativamente como “pelona”.
“Hoy más que nunca me aferro a la vida porque quiero ver a mis hijos crecer y estar con ellos en los momentos que me necesitan”, escribió en Instagram e inyectó de alegría a sus allegados y ha declarado a Vivir en Rosa que “lo más importante es vivir cada día con toda la fuerza del mundo y que no se dará por vencida”.
Ya se sometió a una doble mastectomía con su respectiva reconstrucción y está enfocada a volver a los escenarios, siempre y cuando sus doctores de cabecera lo recomienden y el tratamiento postoperación y los dictámenes médicos revelen una condición estable que le permitan volver a cantar y deleitar con su voz a la fanaticada.
La intérprete se ha volcado además a ser portavoz de una detención temprana y ser inspiración para otras mujeres que como ella se han enfrentado a los miedos de un cáncer que cada día cobra vidas de hondureñas que no lo han detectado a tiempo.
Ella está convencida de que esta enfermedad no busca al azar a las mujeres.
Todas están expuestas, pero lo más importante es tocarse y recurrir a las mamografías.
"Los buenos momentos te fortalecen cuando el mundo se nos viene encima", Silvia Rodríguez.